22 sept 2011

"Memoria del saqueo"

El domingo pasado pudimos ver en los telediarios de rtve a la presidenta de Argentina diciendo que el mundo tiene los ojos puestos en su país porque “lo que está pasando en el mundo se parece mucho a la Argentina del año 2001”.

En los años de burbuja inmobiliaria, cuando la crisis sólo era un futurible, (a pesar de que para la mayoría era imposible independizarse sin hipotecarse de por vida, y el aumento de precios que había llegado con el euro no concordaba con lo que decía el IPC), un argentino que residía en España le dijo a un amigo mío que lo que estaba pasando aquí le recordaba a la Argentina anterior al corralito.

Quizá sea un buen momento para repasar qué ocurrió allí en 2001 y cómo se llegó a ello. Este espléndido documental de 2004 lo explica: Memoria del saqueo. Fue emitido en rtve en 2006. Un gran trabajo del director Pino Solanas.

Detrás de la corrupción y de las ruinas públicas está la intervención de élites privilegiadas y de grandes corporaciones, del propio país y de otros, apoyadas por el consenso internacional sobre las políticas neoliberales. Y como dice Susan George en la excelente introducción de su libro Sus crisis nuestras soluciones, no hace falta pensar en una conspiración oculta, ocurre delante de nosotros. Con diferencias particulares entre unos países y otros, la realidad muestra unas similitudes de fondo en lo que ocurre en el mundo. Es más cómodo tratar de no ser desconfiado y negarse a aceptar que la organización económica global pueda ser tan ominosa, pero algo ha de explicar los desastres sociales entre la abundancia, y los daños ecológicos entre las maravillas científicas. Siempre hay alguien que se aprovecha de la pereza intelectual ajena. La confianza, como siempre, hay que buscarla en la reacción popular que va constituyéndose, (Foro Social Mundial, Consenso de Barcelona, Consenso de Estambul, #15m)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante enlace. Me descargo el documental para mirarlo.

Podrías citar también la Doctrina de shock de Naomi Klein.

Javier Ecora dijo...

Sí, es otra referencia oportuna. Lo tengo en la Mediateca y en la entrada "Sangre sudor, lágrimas y evasión fiscal".

Anónimo dijo...

Igual que los españoles no hagan caso 100% a lo que dice. Porque es un poco tuerta la mirada: no dice nada de que las empresas públicas que supuestamente se regalaron, eran un desastre en todo sentido: desde el servicio que no prestaban, hasta que los mismos trabajadores y políticos las vaciaban y se aprovechaban que fueran del estado para robar a manos llenas con ellas y así, todos robando, llenandolas de empleados para ganar elecciones y sin hacer inversiones, el resultado fué que la gente las odiara porque no prestaban el servicio y encima hundían las cuentas del país: Por eso tuvieron tanto apoyo popular las privatizaciones y las recetas de Alsogaray. Los que son tan nacionalistas y patrióticos (como el que hizo el vídeo) que hubiesen cuidado las empresas y la patria cuando eran patrimonio del Estado, y que no hubiesen hechado la vista a un lado cuando sucedía eso. Y esto es tan así porque como digo "tuertamente" no dice nada de esto el documental, cosa que fué así porque yo lo viví. Es muy facil tergiversar todo 15 años después.

Javier Ecora dijo...

Hombre, anónimo, yo creo que en todo caso una cosa sí queda clara: esa ineficiencia a la que aludes, (y que cuestionan algunos trabajadores que aparecen), se cubrió con un mal mayor y mas cruel, y con un fraude mucho más grandioso. Lo primero no justificaba lo segundo.

Pero esta reflexión me parece importante. Donde hay un servicio público que funciona mal, continuamente se opta por su eliminación en lugar de intentar corregir su funcionamiento. Esa solución radical, además de tener claros beneficiarios que la promueven, deja muchos damnificados y claras restricciones del servicio prestado. He utilizado intencionadamente la palabra "eliminación" en lugar de "privatización", porque, como vengo explicando en las anteriores entradas, la inversión privada elimina la prestación del servicio para un sector de la población. Y cuando hablamos de bienes básicos y derechos sociales, el resultado es dramático.

Anónimo dijo...

Hay que posicionarse en esa época, un país Argentina fundido, saliendo de una hiperinflación que es que suban los precios 1000% al año (no es broma 1000 por cien realmente!) sin reservas en divisas en el Banco Central, sin credibilidad para solicitar préstamos ¿que otra solución se iba a implementar que no fuera privatizarlas??? ¿de donde iba a sacar el estado los recursos necesarios para modernizarlas (dólares porque en Argentina no se tenía tecnología para fabricarlo)? Y con respecto al valor no valen mucho en el estado en que se encontraba. Es como que ahora veas una casa de un millón de euros en un barrio pijo y el que la compró la compró en ruinas cuando el barrio era un barrio marginal a 50.000 euros, es algo lógico. Además el caso emblematico de buena gestión es el de los teléfonos, antigua ENTEL, en la que para instalarte un teléfono te cobraban el equivalente ahora a unos 5000 euros y encima entrabas en lista de espera que tardaban varios años (si es que te lo instalaban). Se privatizó, llegó telefónica de españa, trajo recursos propios y en un par de años modernizó toda la red quedando mas nueva que la de España y soterró todos los cables de la ciudad de Buenos Aires, que antes iban con postes colgando por las calles. Luego es lógico que para recuperar la inversión y tener ganancia (como corresponde a toda empresa) las tarifas fuesen un poco caras y tuviesen el monopolio asegurado por algunos años. Gratis nadie da nada, pero peor es que si quieres un buen servicio y lo quieras pagar,no exista el servicio y te mueras en tu casa por no poder llamar al médico de urgencia. Y no digan que los pobres ahora no tienen servicio porque antes no lo tenian ni los pobres ni los ricos y encima telefónica instalo telefonos publico modernos QUE FUNCIONABAN en todos los rincones de la ciudad, y cuando era del estado los pocos que había nunca funcionaban y encima con monedas especiales que eran difíciles de comprar. Hay que ponerse en el tiempo y espacio que ocurrían las cosas. Y por cierto, las privatizaciones permitieron que Argentina pudiese devaluar un 300% en 2001 y que los servicios pudiesen seguir funcionando hasta ahora sin hacer casi inversiones nuevas, y sin subir la tarifa en pesos...

Javier Ecora dijo...

No es mi intención cuestionar los problemas con la telefonía ni la gestión corrupta o el atraso en las empresas públicas argentinas de aquella época, aunque al lado de la corrupción en las privatizaciones y de la hambruna que vino después de las políticas neoliberales, parecen preferibles. Y estoy de acuerdo (como he mencionado en la introducción al documental), en que la situación de partida es diferente en cada país …cuando le llega el turno de enfrentarse a una misma política económica global. Lo que quería decir es que la eficiencia en una empresa no depende de que sea pública o privada sino de cómo se gestiona. Dentro de cada forma de propiedad hay muchas posibilidades de gestión. Por poner un ejemplo, en Suecia los empleados públicos se rigen por las mismas leyes que el resto de los trabajadores. Y por cierto, se trata de un país con un 25% de trabajadores en el sector público, y ello no parece empujarlo a los titulares sobre los países en crisis. Es evidente que hay otros factores muy distintos en ese país, pero no se ve perjudicado por tener una economía semipública. De hecho es uno de los más competitivos del mundo. Hay muchos ejemplos para todo, y también para la corrupción privada. ¿Cómo se evaden impuestos?

Creo que conviene estar prevenidos ante la doctrina que nos van a aplicar, y ante los argumentos falaces: partiendo de la corrupción y de la mala gestión en algunos casos como el que describes, y que no niego, algunos invierten mucho dinero en que lleguemos a la conclusión que les interesa: privatizar. Y a veces ni siquiera es necesaria esa excusa: las grandes empresas privatizadas en España eran rentables antes de venderse. La gestión pública, (que si hablamos de bienes básicos no tiene por qué ser rentable), puede ser una calamidad o puede ser excelente, pero lo privado es insuficiente para satisfacer las necesidades de la sociedad por sistema: si no puedes pagar un precio burbuja, no te irás de casa de tus padres, no habrá solución para la gente como tú, no es suficientemente rentable. Por no hablar de las pérdidas bancarias que se socializan mientras los beneficios siguen siendo privados.

En cualquier caso gracias por participar y por aportar el otro “ojo” para que esta entrada no quede “tuerta” como dices del documental.

Anónimo dijo...

Gracias Ecora a ti por este post. Yo no soy fanático de lo privado, ni mucho menos. Lo que pasa que me da rabia la hipocresía de muchos que se hacen los nacionalistas cuando les conviene y luego cuando están en el poder roban y destruyen igual o más que los pro-mercados, por definirlos de alguna manera. Sin ir mas lejos, hablando de Argentina, la presidenta Kirchner tomó las banderas de "vivir con lo nuestro", atacar lo privado, combatir a EEUU. ¿y que ha hecho estos años? Ella no era multimillonaria y ahora dicen su patrimonio es de 30 millones de dólares USA, en su último viaje a Francia gastó 120.000 dólares en comprar pares de zapatos de reconocidas marcas suntuosas. Este patrimonio lo habría hecho, segun dicen, adjudicándose tierras del Estado en el sur de Argentina a muy bajo precio(zonas turísticas del Calafate, cercanos a parques nacionales protegidos) y luego vendiéndolas a precio carísimos, para construcción de hoteles, etc. en lugar de dejarlo como espacios naturales. O sea, todos con doble discurso. A Menem que lo denostaba por lo que hizo (lo mismo que dice el documental) ahora lo protege políticamente y judicialmente porque Menem es senador y le sirve justo para obtener la mayoría en las leyes que le interesan votar. Ahora se conoció el fallo de las armas que dice el documental y salió SOBRESEÍDO, o sea INOCENTE. Qué casualidad que lo insultaba siempre que podía y ahora que la apoya y vota sus leyes sale sobreseído y ella mantiene el silencio. Por tanto, a mi modo de ver, si la sociedad es corrupta y sin moral, es preferible que las cosas las manejen los privados. Los políticos son los primeros corruptos en esas sociedades y son los que verdaderamente hunden a los países, y luego es fácil echarle la culpa a los mercados, a EEUU que fija sus políticas por detrás, etc. etc. Si EEUU fuese tan poderoso como a veces se fabula en estos países, no estaría ahora en la crisis económica que está sumergido, ni China tendría el poder económico que tiene ahora. Por tanto, menos fabular contra los fantasmas que crean esta gente (los políticos) y que empiecen a ser honestos y ser buenas personas. El resto vendrá por añadidura, como en Suecia. El problema es la gente, no los papeles pintados llamado dinero ni las empresas públicas o privadas.

Javier Ecora dijo...

Ahí confluimos. No era mi intención que esta entrada pareciera una apología de los actuales gobernantes de Argentina. La cita de Cristina Fernández puede haber obrado el malentendido. En tal caso, me alegro de que salgan aquí estos datos que mencionas. La corrupción es precisamente el resorte que hace vulnerable un estado, bien para venderlo barato como en el pasado, bien por la manera de distorsionar la economía y la confianza internas. En España, la corrupción urbanística tolerada (o promovida) desde lo más alto por sus implicaciones favorables al crecimiento-burbuja, ha estado detrás de la frustración popular de tantos que ahora pedimos un modelo político más transparente y controlable por los ciudadanos para poder implementar y un modelo económico más justo y equilibrado.

En cuanto a lo que dices de EEUU, (país que puedo adorar por otros motivos), me gustaría matizar algo. A pesar de las demostradas implicaciones de su gobierno en las dictaduras sudamericanas y las políticas económicas que estas aplicaron, (por poner un ejemplo conocido), ten en cuenta que yo no lo he mencionado en la entrada sino que me he referido a “élites privilegiadas y grandes corporaciones, del propio país y de otros, apoyadas por el consenso internacional sobre las políticas neoliberales”. Fui cuidadoso con la frase, no para excluir a USA sino para no olvidarme de nadie: ¡Vaya papelón que juega Repsol, la multinacional señera de mi propio país, en lo que narra el documental! ¿A dónde quiero llegar? No es tanto una cuestión de países como del modelo económico impuesto por esos poderes no democráticos y su Consenso de Washingtong -que no es un consenso popular ni exclusivamente estadounidense-. No habría políticos que pudieran corromperse si no fuera porque grandes grupos económicos del propio país y de todo el mundo los pagan para combatir las leyes que les perjudican, y lo hacen de un modo consciente y deliberadamente no democrático. O porque los propios políticos pasan a actuar en realidad como agentes privados con el gobierno a favor de su capital. Y para colmo consiguen llevar el agua a su molino con las privatizaciones que en el fondo son lo que buscan, como esa degradación del Calafate que mencionas. Tampoco es tanto un problema de la existencia de mercados como de los que manipulan sus normas a su favor. Estos grandes capitales juegan en todos los países, ¡y contra sus propias poblaciones! En EE.UU., a juzgar por lo que describe Joseph Stiglitz, la clase media es una especie en extinción. El 1% acapara la mayor parte de la riqueza y de la influencia política. Creo que es precisamente su modelo económico el que está empujándo a ese país a lo mismo que ocurrió en tantos países en los que se impuso. Y en Europa “nuestros” grandes vienen a por nosotros. Esto es así porque, en realidad, ellos ya son globales y disfrutan sus paraísos -fiscales y de los otros- en cualquier lugar del mundo por pobre que sea su población.

Aún así comprendo tu argumento: ante la indecencia de los políticos quitémosles poder privatizando. Pero como intento demostrar, es un error de percepción. En realidad el político corrupto ya está actuando como un agente privado y ese es precisamente el problema, cuando el afán de lucro particular interviene un poder que debería ser sólo democrático. Esos políticos actúan como lobbistas de su propio patrimonio. En lugar de entregar más poder a otros particulares, creo que lo correcto sería decir, quitémosles poder democratizando más el poder, con mayor participación ciudadana en las decisiones -no una vez cada cuatro años-, y exigiendo una total transparencia institucional que revele los conflictos de intereses y lo que deberían ser incompatibilidades. Es un cambio que exige más compromiso, conciencia y participación ciudadana pero me parece el único futuro, y ya hay lugares donde el control democrático es mucho más directo que en Argentina o en España. Como decimos por aquí: no somos mercancía en manos de políticos y banqueros.